En este post te presento un resumen del libro Amar o depender de Walter Riso en el que habla de dependencia emocional y autoestima.
Las relaciones de dependencia son muy intensas y también una fuente de sufrimiento. ¿Cómo podemos dejar de ser dependientes y tener relaciones más sanas?
Walter Riso nos explica en su libro Amar o Depender qué es la dependencia y cómo podemos desarrollar nuestra autonomía para abandonar estas relaciones tormentosas.
Walter Riso es psicólogo especializado en terapia cognitiva y ha escrito numerosos libros sobre dependencia afectiva y autoestima, siendo Amar o depender uno de los más conocidos. Basta con introducir su nombre en internet y ver las innumerables entradas que aparecen sobre él.
Vamos al resumen de Amar o depender.
¿Qué es el apego afectivo?
El apego afectivo o la dependencia emocional no es amor. Esta confusión queda demostrada en expresiones como:
No puedo vivir sin ti.
Eres todo para mí.
Me falta el aire si no te veo…
Hemos creído que ese tipo de vivencias era el amor más profundo que podemos sentir por alguien, pero lejos de la realidad, eso no es más que apego afectivo.
Desde el punto de vista de la psicología clínica, el apego afectivo se trata igual que una adicción a sustancias.
El síndrome de abstinencia cuando la persona apegada no está con su ser amado, es parecido al que tiene un adicto a sustancias.
Siente impaciencia por ver a la persona.
Tiene pensamientos obsesivos y recurrentes en relación a la otra persona y sobre sí mismo.
Y en general no se siente bien física ni emocionalmente.
Cabe decir, que desear estar con la persona amada y disfrutar el placer de estar con ella, no significa tener apego. El acento está en los síntomas mencionados, entre otros factores que veremos a continuación.
Efectos negativos de la dependencia emocional
Si te reconoces en algunos de estos síntomas en relación a tu pareja, quizás sufres de apego.
Estas personas sienten celos y siempre están hipervigilantes de su pareja. Tienen comportamientos obsesivos, como mirar el estado de sus redes, e incluso tienen ataques de ira y pueden agredir si no se controlan.
Otro de los comportamientos negativos que tiene la persona con apego afectivo, son los intentos de llamar la atención de la otra persona, hasta el extremo de atentar contra su propia vida.
Por el contrario, las personas más pasivas tienden a ser extremadamente obedientes y sumisas con sus parejas.
Desapego
Algunas personas en su dependencia a la pareja, pierden su dignidad por estar con la persona amada.
El desapego consiste en controlar el miedo a la pérdida, al rechazo o a cualquier otro miedo que estés sintiendo.
Walter Riso define el desapego en su libro Amar o depender como un declaración de ser libre afectivamente. Esto significa tener la capacidad de ser independientes, sin necesidad de posesión y poder vivir sin el contacto continuo de la pareja.
Recalcar, que el desapego no se trata de ser insensible, distante o no tener interés por la otra persona. Eso más bien sería ser antidependendiente. Puedes ver más sobre este tipo en el resumen del libro Cara a cara con el miedo de Krishnananda.
La clave para salir de la dependencia emocional
Las personas que no han desarrollado una correcta madurez emocional son más susceptibles de sufrir de apego afectivo.
Muchas personas se sienten ofendidas si se les dice que no tienen suficiente madurez emocional, porque entienden que son tontos o que no tienen algo que deberían tener simplemente por ser adultos.
Para entender mejor qué es la madurez emocional, el autor nos indica tres aspectos claves para desarrollarla adecuadamente:
Postergar la satisfacción.
Tolerar la frustración.
Comprender la impermanencia de la vida.
Por un lado, la persona emocionalmente madura, es capaz de postergar o incluso descartar la satisfacción de sus deseos. Hoy en día, todo es rápido y la mayoría de personas necesitan satisfacer sus necesidades o deseos inmediatamente. Por lo tanto, es buena idea, aprender a sostener o manejar lo desagradable.
La persona emocionalmente madura también tiene una actitud de aceptación cuando no consigue lo que desea. Aprender a perder y resignarse es una virtud que nos beneficia tanto a nosotros mismos como a los demás, ya que no pagaremos nuestras frustraciones con ellos.
Las personas que se frustran rápidamente, tienen el foco en sí mismas y se enfadan o se deprimen cuando no consiguen lo que desean, llegando a perder el control y creando situaciones lamentables.
Y por último, comprende que en la vida todo es impermanente y que todo tiene su fin. Quizás desearíamos que nuestra relación de pareja durara toda la vida, pero debemos saber que hay muchas probabilidades que no sea así. Y sin embargo, saber que seremos capaces de superarlo y seguir siendo felices.
Objetivos del Apego
Una pregunta que podemos hacernos, es ¿para qué sirve entonces el apego? ¿Cuál es su función?
Básicamente tiene dos objetivos: evitar el dolor y mantener la satisfacción. Estos dos ingredientes juntos forman una superdroga adictiva creando así el apego afectivo.
Para comprender esta superdroga Walter Riso pone un ejemplo en su libro Amar o depender:
Una paciente suya explicaba que no podía separarse de su marido y no sabía por qué. Hasta que un día en terapia dijo:
Me cuesta mucho trabajo dormirme sola… Necesito que alguien me abrace por detrás y me cuide la espalda.
¡He ahí el quid de la cuestión! La mujer necesitaba sentirse protegida por las noches y eso era motivo suficiente para seguir con el marido, aunque no fuera feliz en su relación.
Tipos de apego
En el libro Amar o depender encontraremos cinco tipos de apego a la pareja.
Las personas que necesitan que otra persona cuide de ellas, son personas que no saben ocuparse de sí mismas y esperan que la otra persona se ocupe de esa tarea. Estas personas se sienten indefensas o solitarias. Son personas que han sido sobreprotegidas en la infancia y han interiorizado que el mundo es peligroso.
El segundo grupo comprende a las personas que necesitan sentirse amadas ¡siempre! Al más mínimo cambio en las muestras de afecto por parte de su pareja, sienten que la relación tiene problemas o que su pareja va a abandonarle. Lo que provocará todo un despliegue de estrategias para recuperar la seguridad del amor que cree que está perdiendo.
Estas personas tienen baja autoestima y son susceptibles de aferrarse fácilmente a personas que les muestre interés.
Una de las paradojas que tienen estas personas es que como no se sienten gran cosa, cualquier persona que se les acerque afectuosamente, les hará desconfiar, porque creen que no son dignos de amor y no entienden por qué esa persona se acerca a ellas de esa manera.
Hay otras personas que solo quieren estar con alguien en quien puedan confiar que nunca les abandonará. No importa si la relación es aburrida, o si la persona no es el mejor o la mejor amante, o mejor padre o mejor madre. Lo que importa es si pueden confiar en su pareja.
Luego están las personas que necesitan que les admiren. Que les muestren reconocimiento y adulación. Como estas personas no se sienten admirables o valiosas, necesitan que otro les dé esa admiración o reconocimiento.
Y por último, están las personas que se apegan a las dinámicas normales de una relación de pareja.Como el sexo, las caricias, el compañerismo o la afinidad con nuestra pareja y la tranquilidad.
Walter Riso nos advierte en Amar o depender que es sano y deseable querer estas formas, pero si hay incapacidad en tolerar la ausencia de “aquello que quiero”, entonces tenemos un problema de apego.
¿Qué podemos hacer para superar el apego afectivo?
Ahora que hemos entendido un poco de qué va esto del apego, vamos a ver cómo prevenirlo.
Una de las maneras es mantener una actitud de exploración ante el mundo y la vida. Es común en las personas con apego abandonar sus intereses e inquietudes por estar con la pareja. Una vez sienten que todo está estable y controlado, están tranquilas. ¡Hasta que algo sacude esa aparente seguridad!
Para no perdernos de nosotros mismos y mantener una relación viva, podemos explorar el mundo viajando o conociendo a personas de otras culturas.
Gracias a la tecnología tenemos al alcance una inmensa información sobre cualquier tema que nos interese. Enriquecernos intelectualmente nos ayudará a ser más autónomos y menos dependientes.
También puedes aprender a tocar un instrumento, empezar unas clases de canto o de pintura que tanto tiempo llevas queriendo hacer.
¿Qué conseguimos con esta actitud?
Todas estas recomendaciones ayudan a descubrir nuevas fuentes de entretenimiento y diversión. Flexibilizan nuestro sistema de creencias y comportamientos. Nos generan mayor tolerancia a la frustración y al dolor.
Nos permiten tener un criterio propio que nos impedirá poner en un pedestal a otras personas. Y también nos ayudarán a tener menos resistencias al cambio.
Autonomía afectiva
Una de las mayores necesidades del ser humano es la de ser libres. Pero, ¿estamos dispuestos?
La libertad da miedo, pero si queremos librarnos de apegos afectivos, debemos ser emocionalmente autónomos.
Orientarnos hacia la autonomía afectiva genera tres atributos psicoafectivos importantes:
Por un lado, la defensa de nuestro espacio personal. Es importante definir nuestros límites para no sentirnos invadidos o atacados, y saber defendernos cuando alguien los invade.
Un exceso de límites nos vuelve paranoicos y nos conduce a estar a la defensiva siempre. Pero tampoco es aconsejable no poner límites cuando alguien los traspasa. Debemos encontrar cuáles son nuestros límites y protegerlos.
Por ejemplo, en la relación de pareja quizás queramos explicar a la otra persona algunas cosas, pero tal vez, hayan otras que no deseemos decir. Y es legítimo. Sin llegar a la deshonestidad o perjudicar a la otra persona, tenemos el derecho, incluso es recomendable, salvaguardar algunos aspectos personales.
La soledad
Hacernos amigos de nuestra soledad nos ayudará a no caer en apegos afectivos. La soledad bien utilizada nos sirve para conocernos mejor y tener mayor conexión con nosotros mismos. Al no tener miradas externas, tenemos más facilidad para llevar nuestra atención a donde queremos y conseguir así que no se disperse o distorsione.
La soledad bien utilizada nos sirve para conocernos mejor y tener mayor conexión con
nosotros mismos.
Cuando nos movemos desde la conexión de nuestro yo profundo, estamos más en coherencia con lo que necesitamos realmente y no por lo que hay en el exterior.
¡Pero ojo! No debemos aislarnos. El aislamiento patológico también nos puede crear problemas de socialización y depresión.En palabras de Walter Riso:
No es lo mismo estar socialmente aislado que estar afectivamente aislado.
Compartir espacios personales
Por eso, es buena práctica aprender a compartir nuestra soledad con la pareja. Mientras uno está leyendo, (por ejemplo, podría leer Amar o depender ;P) la otra puede arreglar el jardín. Compartir ese espacio personal, mientras la otra persona está en el suyo, produce un placer dulce que nutre el alma.
La persona que lleva mucho tiempo dependiendo de otra, acaba perdiendo autoeficacia, si es que la tuvo en algún momento.
Está tan acostumbrada a que le saquen las castañas del fuego que no ha desarrollado la capacidad de desenvolverse ante la vida. Gestiones tan simples como cambiar de médico, llamar al técnico del gas o buscar el mando de la televisión en su propia casa, se vuelve una hazaña demasiado difícil.
Lo peor de esta dinámica es que la persona dependiente va teniendo menor tolerancia a las dificultades, impedimento que le llevará a depender más de la otra persona, creando así un círculo vicioso.
Deja de depender
Para salir de esta actitud dependiente y desarrollar tu autonomía, es necesario que te ocupes de tu vida. Pero no dentro de un mes o el año que viene, sino ahora, hoy mismo.
Empieza por crear una lista de todas las cosas que tienes que hacer y ordénalas de mayor prioridad a menor. Empieza por la primera tarea de la lista y ocúpate ahora mismo.
Haz lo mismo con las cosas que quieres hacer. Verás que para algunas cosas, primero tendrás que hacer otras. Dando un paso detrás de otro, irás desarrollando mayor autonomía y tendrás más tolerancia cuando tengas dificultades. Además te sentirás más capaz y mejor contigo mismo.
Busca un sentido a tu vida
Las personas que han dado un sentido a sus vidas son más felices, mejoran su calidad de vida, enferman menos, tienen más recursos personales, tienen menos miedos y menos tendencia a caer en apegos.
En este sentido Walter Riso en su Libro Amar o depender separa en dos dimensiones el sentido de vida. Por un lado, la autorrealización, y por otro, la trascendencia.
La autorrealización se refiere a la capacidad de reconocer los talentos naturales que poseemos.Estos talentos naturales son aquellas capacidades propias que vivimos con pasión.
Son las cosas que salen de nosotros fácilmente como si fuera innato. Son actividades que haríamos incluso pagando por la pasión que sentimos en hacerlas.
Si tienes un talento natural, aprende todo lo que puedas sobre él, infórmate, estudia y practica. La persona que está en sus talentos naturales tendrá menos apego, ya que dedicará parte de su energía a desarrollar estos talentos. Esto no significa que haya que dejar de lado a la pareja, todo lo contrario. Compartirlos con la persona amada hace más rica la relación y aumenta la satisfacción personal.
La persona que está en sus talentos naturales tendrá menos apego
La trascendencia significa ser parte de algo más grande que nosotros. Implicarse en algún proyecto de interés común transforma nuestra forma de ver el mundo y dejaremos de dar importancia a asuntos que en realidad no son tan importantes.
Además al estar conectados con algo mayor aparece un sentimiento de pertenencia que disminuye la necesidad de protección y miedo a sufrir.
Distorsiones y autoengaño
En la última parte del libro Amar o depender Walter Riso nos explica tres principios para superar el apego afectivo.
El primero se refiere a ver a la persona y la relación tal como es sin distorsiones ni autoengaños.
Las personas que no quieren ver la realidad:
Sesgan la información.
Niegan
Justifican
Olvidan.
Idealizan.
Minimizan los problemas.
Exageran.
Dicen mentiras.
Cultivan falsas ilusiones.
Estos son los autoengaños más comunes; vamos a ver ahora las diferentes distorsiones cognitivas.
Algunas personas no quieren aceptar que no les quieren de la manera que les gustaría y justifican el poco amor que reciben diciendo frases como:
Me quiere, pero no se da cuenta.
o … Esa es su manera de amar.
Cuando hay amor de verdad, no hay ninguna duda.
Post recomendado.
Algunas personas minimizan los defectos de la otra persona o la relación porque no se atreven a romper.
Dicen: “no es para tanto”, cuando sí que lo es. “O nadie es perfecto”, cuando dista mucho de ser una buena pareja.
Cree que hay amor cuando no lo hay.
Aunque no estemos juntos, todavía me quiere.
Todavía hacemos el amor.
Esta distorsión sostiene la creencia de que el amor todo lo puede.
Algunas personas no renuncian al amor perdido y se empecinan en conseguir de nuevo a la persona amada, aunque haya señales claras de que la relación no tiene futuro.
Una de las distorsiones más comunes hoy en día es alejarse, pero no del todo. Solo somos amigos o solo somos amantes. Creando así una ambigüedad que nos va lacerando internamente.
El autorespeto
El segundo principio que debemos aprender es el de autorrespeto. Saber discernir los límites de lo que no es negociable es vital para nuestra salud emocional.
Otros autores, como Joan Garriga, nos advierten que mantener un equilibrio correcto entre dar y recibir en la relación de pareja es de vital importancia para el buen funcionamiento. Y Walter Riso también lo deja claro en su libro Amar o depender.
No debemos estar contando al milímetro lo que damos o lo que recibimos, pero sí es importante estar atentos. Si el otro no me da de alguna manera lo que doy, me sentiré incómodo y se reflejará en la relación.
Normalmente si somos fieles ,esperamos fidelidad, si soy honesto, espero honestidad, si soy cariñoso, espero ternura.
Hay algo claro y contundente: no te merece quien te lastima. Si una persona no aprecia lo que le das, no lo comprende o no lo traduce, no te merece.
No te merece quien te lastima.
Cuando las personas dependientes entran en pánico, tratan de recuperar a la persona amada a cualquier precio, incluido perder su dignidad. Estas son algunas de las humillaciones en las que la persona dependiente cae :
Tiene comportamientos degradantes y manipuladores. Los más comunes son suplicar, arrodillarse, llorar, gritar, incluso intentos de suicidio.
Dejarse explotar.
Acepta el maltrato con estoicismo.
Complace al otro sin mesura.
No expresa los gustos y necesidades.
Comparte la persona amada con otra.
Otra forma de perder la dignidad es el autocastigo. Estas personas se sienten culpables y creen que merecen ser castigadas.
Eliminan cualquier fuente de placer.
Se aíslan.
Buscan una persona que sea similar a la persona que les hizo sufrir.
O se entregan al primero que pase y dejan que haga de ellas lo que quiera.
Desarrollar autocontrol
Y el último principio que debemos aprender para no caer en apegos afectivos es el autocontrol.
No dejaremos de ser dependientes si seguimos dependiendo, valga la redundancia. La única manera de salir del apego es tener autocontrol y tener la capacidad de sostener nuestros impulsos afectivos.
En el caso en el que debamos dejar una relación disfuncional, podemos seguir las recomendaciones del autor:
Enfocarnos en lo negativo de la persona y la relación.
Rodearnos de personas que apoyen nuestra decisión.
Evitar cualquier contacto con la persona que se quiere dejar y cualquier estímulo que nos recuerde a ella.
Y hasta aquí el libro Amar o Depender de Walter Riso.
Acostumbrarse o resignarse a una mala relación no debería ser una opción. Lograr salir del apego afectivo es posible y solo depende de ti dar los pasos necesarios.
Lee libros como Amar o depender o cualquiera de los que encontrarás en mi canal de Youtube, busca ayuda con un terapeuta profesional, pero no tires la toalla.
Conclusiones
Como dicen los budistas el sufrimiento humano proviene de dos fuentes principales. Una es querer evitar el dolor, y aquí se incluye cualquier emoción que consideremos incómoda o desagradable. La otra causa de sufrimiento procede del deseo.
Es aquí donde entra en juego el apego o la dependencia. El ser humano está constantemente huyendo del dolor o la incomodidad. Haciendo cosas, mirando el móvil, viendo series o … estando en pareja.
¿Y de qué huimos?
De nosotros mismos.
De nuestras emociones.
De nuestro dolor.
De nuestra situación personal.
De nuestra historia.
Creemos que estando en pareja todo eso desaparecerá y nos sentiremos felices. Que será el remedio a todos nuestros males.
El otro no nos dará la felicidad.
Además, en el asunto de la pareja también interviene la otra fuente de sufrimiento, el deseo. Si no estamos en pareja anhelamos encontrar a alguien. Y cuando estamos en pareja desearíamos que fuera diferente.
¿Qué podemos hacer ante tal situación?
Lo primero es mirar hacia dentro. Mirar en nuestro interior. Conocernos. Descubrir caminos que nos lleven a otros lugares, internos y externos.
Mirar hacia dentro.
También debemos aprender a sostener las situaciones y las emociones que nos desagradan. Detenernos y tomar conciencia de lo que nos está pasando. No reaccionar de inmediato ante una situación.
Muchas personas dicen en este punto: «es que yo soy así».
No, no eres así.
Así has reaccionado siempre, por lo que sea, porque lo aprendiste o por lo que fuera. Pero eso no impide que seas capaz de responder de otra manera. No te quedes en el yo soy así, porque te estás quitando la oportunidad de vivir otras realidades. Descubrirás que hay otras maneras de ver las cosas.
Sobretodo, quiero que te quedes con la palabra sostener. Muy importante. Sostener la incomodidad, que no es lo mismo que aguantar o masoquismo.
Sostener la incomodidad.
Walter Riso habla también en Amar o depender de la autonomía. Para mí, este punto se refiere a saber estar solo, o sola.
No salir corriendo en busca de una pareja. Sería algo como:
No tengo pareja, pero estoy bien. Sería genial si estuviera en pareja, pero puedo vivir sin ella. Mi vida es suficientemente enriquecedora.
¿Estás contento/a con tu vida? ¿Estás orgulloso/a de la persona que eres?
Responde primero estas preguntas y luego haz lo necesario para conseguir ser feliz contigo mismo y tu vida. Eso te hará inmune a la dependencia emocional.
¡Y hasta aquí el resumen del libro Amar o depender de Walter Riso! Espero que te haya gustado, si es así, suscríbete para no perderte ningún post o video.
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